Por los Derechos

Sobre la Farsa de Macri en Humahuaca

Hay una larga persistencia del poder de las oligarquías por exaltar a los de abajo, con el objetivo de que los de abajo sostengan a los de arriba. A veces adquiere la forma de estrategia publicitaria de la emotividad. Hoy, tal vez cualquiera nacida-o y amante de su pueblo, como es el caso de Humahuaca u Omaguaca, puede tener una alegría (cruel). La razón: Macri, el candidato presidencial del poder financiero, eligió a nuestro pueblo para folklorizar su imagen, para pachamamisarse. Los suyos, el poder financiero y oligárquico, pretenden retomar sin límites el gobierno del país, por eso Macri busca ponerse el mejor traje de humilde (cheto) porteño para corregir errores de sus pares y parecer popular. Uno de los suyos, “culto economista”, expresó su temor porque un santiagueño llegue algún día a presidente sin un curriculum tan “lustroso” como el de su jefe. Como no dijo jujeño, entonces su próxima ida a Humahuaca se le hizo menos complicada. Pero un jujeño es un santiagueño y viceversa, si se mira desde el puerto.
Algunos lobos suelen tener excelentes medios (televisivos, radiales, etcétera) para parecer ovejas. Macri se pondrá el disfraz de oveja. ¿Dispondrá de la lana hilada por manos kollas en la quebrada y puna jujeña para vestir su teatro político? ¿Habrá kollas vestidos de kollas ante sus cámaras que expandirán las imágenes por todo el país? ¿Habrá rituales ancestrales al servicio de su estrategia electoral? ¿Habrá niñas y niños morochos, ojos indios, sonrientes como ante cualquier turista, abrazados al famoso de la tele que quiere ser presidente? ¿Habrá Wiphalas? ¿Harán el ritual a la Pachamama para quien reprimió a hermanos-hermanas en el parque Indoamericano en la capital federal? El político de la clase media alta argentina viene por una foto con los humahuaqueños. ¿El pueblo aceptará este uso? Sé que son indefendibles los modos de construcción política de Milagro Sala, pero Milagro Sala en boca de Macri significa también otra cosa: es una mujer-negra, o medio india, que la blancura urbana de Macri, con buena onda no soporta. Quizá porque Macri es de los que piensan que Milagro Sala, como todas las mujeres morochas de nuestro pueblo, deberían ser las empleadas de las casas ricas de Buenos Aires. ¿El macrismo es el viejo racismo, ahora con buena onda?
No hay dudas: habrá cámaras y filmadoras muy costosas, habrá una escenografía para el folklorismo que apelará a la sensibilidad de la buena onda, que hasta se ocupará de los “pobres del norte”. ¿Cómo?, abriendo a la “inversión” de capitales extranjero. Pero eso no es nuevo en Jujuy: ¿qué fue St. Joseph Lead Co., empresa de capitales estadounidenses, que invirtió en la Mina El Aguilar resguardada por la dictadura militar? Avelino Bazán y tantos otros mineros sabían qué significa “inversión extranjera”.


Humahuaca, que se precia de haber resistido al incario; que tuvo entre sus cerros combates fragorosos contra el español colonial como los realizados por el glorioso Viltipoco, voz de la rebeldía indígena contra el colonialismo español, ese que traía “inversiones”. Siglos después, entre sus quebradas y cerros se dieron los combates liderados por Belgrano contra el mismo imperio colonial, ese Belgrano que buscaba en el Incario, y no en Europa, una solución para gobernar. Humahuaca, que acogió el paso inicial del “Malón de la Paz” de kollas puneños, vallistos, quebradeños en los años cuarenta contra Patrón Costa (otro “inversor” de capitales). Humahuaca, que dio mano de obra a los ingenios de azúcar y de represión (no olvidamos este apellido: Blaquier); donde se gestó la lucha minera en los años sesenta contra las mineras transnacionales que invierten capitales (como quiere Macri) y explotan a nuestra gente. Humahuaca, que en la última dictadura se transformó en campo de entrenamiento militar; que en los noventa recogió las hieles del neoliberalismo con tanto desocupado; que en los últimos años se enfrentó a una organización dizque social que vino a ocupar tierras y asesinó a un hijo humahuaqueño; que resiste al turismo empresarial que invadió Purmamarca y Tilcara; que vio nacer entre sus comunidades y calles a los primeros partidos políticos indígenas de la Argentina; que ahora incluso dio la espalda con su voto al peronismo local, ese peronismo atravesado de colonialismo (lo mismo que los del otro bando, el radical). Omaguaca, pueblo nación autónomo. Esa Humahuaca —mi pueblo— será el lugar del espectáculo político de Macri, un representante de la burguesía antindígena y antipopular.


Humahuaqueños, mis hermanos y hermanas, si alguien tiene alguna alegría por el anuncio de la fiesta amarilla de Macri en el Pueblo, sepan que hay indicios crueles de que nuestro pueblo será el lugar folklórico de la postal, la escenografía del pachamamismo de los ricos que desean ser más ricos. Uno de los de arriba quiere exaltar a quienes seguirán siendo los de abajo, pues el poder financiero sabe hacer dinero, hasta con el paisaje, hasta con la “luz de la cultura” (al decir de Churqui Choquevilca, a quién Macri nunca leerá) atravesada de pobreza. Pobreza algo distinta al de las villas miserias de la ciudad de Macri. Por eso, aquí va mi silbido: Macri no nos engañarás con tu disfraz. ¿La Pachamama dará permiso a Macri y los suyos, que entienden que la Tierra es capital para explotar?.

Publicaciòn de; http://argentina.indymedia.org/news/2015/11/883795.php